El jueves comenzó un incendio en el vertedero que los bomberos aún no habían logrado extinguir ayer. La razón es la cantidad de basuras y desperdicios que se acumulan y alimentan las llamas, que incluso la madrugada de ayer saltaron al pasto colindante. No se trata del único incendio que ha sufrido la zona este verano. Este es el segundo lugar más afectado por el fuego en este periodo, sólo por detrás de Gabriel y Galán y cada año la situación.

Este último incendio se originó el jueves por la mañana y desde entonces ha tenido a los bomberos del Sepei atareado mañana y tarde, ya que el primer día fue necesaria la intervención de cuatro camiones que vertieron 12.000 litros de agua sin conseguir, sin embargo, extinguirlo. "Es muy difícil porque no se ven llamas. El fuego se ha metido debajo del escombro y para extinguirlo habría que llevar una máquina que lo removiera", explicó el jefe del parque placentino.

MAS VIGILANCIA Así, la madrugada de ayer los bomberos tuvieron que acudir a la zona, esta vez para sofocar las llamas que habían saltado al pasto anexo. Por la mañana volvieron de nuevo durante una hora al vertedero para intentar apagarlo. "Para apagarlo del todo te tirarías una semana porque hay tanta basura, lavadoras, frigoríficos, que es imposible. Son braseros que quedan debajo y por mucha agua que eches, no sirve para nada, tendría que ir una máquina para arrojar tierra", explicaron ayer los bomberos a la policía local que acudió al lugar.

La otra consecuencia del fuego ha sido la gran humareda que se ha extendido por algunas zonas de la ciudad y el consiguiente olor a quemado, que ayer aún no había desaparecido.

Los bomberos tienen claro que es necesario más vigilancia. "Tendría que haber alguien del ayuntamiento que revisara cada camión que entra porque por un lado se habla de reciclar, pero esto está descontrolado".

El concejal de Medio Ambiente, Miguel López Bueno, ha reconocido que se acumulan enseres y aparatos que está prohibido tirar en la zona, pero sobre la solución, se ha limitado a apuntar la posibilidad de cerrar el acceso y abrir uno nuevo para el campo de tiro anexo porque al tener ahora la misma entrada permanece casi todo el tiempo abierto y sin vigilancia. Sin embargo, de momento no se ha llevado a cabo actuación alguna.