Solo de cumpleaños en Telepizza, las traseras de la UNED reunieron la tarde del viernes a 120 niños que, como niños que son, corretearon ajenos al incesante tráfico que atraviesa la plazuela mientras los padres no les perdían ojo y protestaban por el descontrol, sobre todo, de las motos que pasaban haciendo incluso caballitos . Una escena que se repite a diario y que alerta del riesgo para los más pequeños.

También los vecinos temen el momento de meter los coches en los garajes y recuerdan que éste fue en un principio el único acceso permitido a la plazuela, pero que después el ayuntamiento levantó la prohibición y ahora es paso libre hasta la Puerta del Carro. "Lo que no se entiende --insiste un padre-- porque se llega al mismo punto recorriendo sólo unos metros más bordeando la plaza de Santa Ana y bajando por la calle de las Escuelas".

Mientras tanto, los vecinos se quejan del ruido de las motos y reclaman vigilancia de la policía local. "Cuando les llamamos vienen, pero en cuanto se van vuelve el problema y encima les deben decir a los chavales quién les ha llamado porque a mí en una ocasión me tiraron una piedra al balcón tan pronto como se fueron los policías". Este es el testimonio de un vecino afectado, que reconoce, además, extremar las precauciones al volante cuando se dirige a su cochera por si le sale uno de los niños que llenan la plazuela.

"Algún día nos vamos a llevar un buen susto" lamentaba una madre que no paraba quieta. "Yo no sé para qué se hacen estas plazas tan bonitas, se supone para el ocio de la gente, y luego permiten este trasiego de coches", añadía otra en el corro de los padres.