El concejal de Interior, Paco Martín, ha ordenado abrir dos expedientes a bares del centro, uno de ellos con su correspondiente sanción y un segundo encaminado al cierre del local. En el primer caso, se trata de Moma, ubicado en la calle Sancho Polo y el motivo, según ha informado el edil, "es por exceder los horarios permitidos que se encuentran en la ley de protección de la seguridad ciudadana", dijo.

En el segundo caso, Interior ha solicitado la apertura de un expediente encaminado al cierre del bar La Perdición, situado en la calle Vidriera, por carecer de la licencia de apertura.

Ambos se suman a las sanciones a La Lola, en la calle de los Vinos, y El Limbo, en Cartas, el primero por hacer uso de un equipo de música no autorizado y el segundo por incumplir el horario de cierre. Con estas medidas, el ayuntamiento quiere mejorar la convivencia entre los vecinos, quienes ya en numerosas ocasiones se han quejado del nivel de ruidos que ocasionan los bares y porque algunos sobrepasan el horario permitido.

Por ello, el concejal insta a los distintos establecimientos "al cumplimiento de los horarios de cierre, al mismo tiempo que respeten la ordenanza de ruidos". Además, Martín recordó a los hosteleros que el consumo de las bebidas debe efectuarse dentro del local y no sacarlas a la calle "porque así se evitarán molestias a los vecinos y podamos vivir y convivir", argumentó Martín.

CONTROLES DE MOTOS Por otra parte, el concejal informó de los controles de tráfico en motocicletas, ciclomotores y quads que sigue realizando la policía local. De esta forma, los agentes realizaron tres controles en la semana del 10 al 16 de septiembre donde pararon a 34 ciclomotores, de los cuales dos fueron sancionados. El primero por no llevar el casco y faltarle la documentación necesaria y el segundo por no obedecer las órdenes de alto de los policías y darse a la fuga, aunque luego fue localizado. Por estas razones, Martín indicó que ambos ciclomotores fueron inmovilizados.

Ante los resultados obtenidos, desde la concejalía se señala que un porcentaje elevado de placentinos cumplen con la normativa vigente sobre tráfico "pero la colaboración ciudadana es necesaria para hacer de Plasencia una gran ciudad", resaltó.