Vamos a seguir dando una dura batalla, sin cuartel, al vandalismo". Lo advirtió ayer el concejal de Interior, Francisco Martín, que, con este objetivo, ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno la autorización para destinar a quince policías de paisano a vigilar y controlar los actos vandálicos.

Es un paso más que da el equipo de gobierno después de que el concejal de Obras pusiera de manifiesto esta semana que el ayuntamiento se gasta más de 100.000 euros al año en reparar los destrozos que causan los vándalos. Martín quiso dejar claro ayer que "son una minoría, pero no es posible que unos respeten la ciudad y una minoría se dedique a destrozarla".

Por eso, solo está a la espera del visto bueno de la Subdelegación para que estos agentes de paisano comiencen a prestar este servicio. El concejal espera que esto ocurra a lo largo de este mes, aunque aclaró que no lo hará público para no dar pistas a los vándalos. Sí indicó que su intención es que todos los turnos cuenten al menos con dos o tres policías de paisano, que además de esta función, controlarán la venta de alcohol a menores, el consumo de estupefacientes en la vía pública y la seguridad vial, además de colaborar con el resto de cuerpos de seguridad.

Precisamente, el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, anunció en diciembre la inminente puesta en marcha de patrullas conjuntas de la policía local y Nacional de paisano. Entonces, Solís se centró en que estas patrullas controlarían el vandalismo al finalizar el botellón y durante el trayecto de los jóvenes en estado ebrio desde el Berrocal hasta la zona centro o sus domicilios, cuando son comunes los actos vandálicos, según las denuncias vecinales. Ahora, el concejal de Interior ha ampliado el radio de acción y la policía no se centrará solo en el botellón sino en general en toda la ciudad y no solo actuará los días de celebración de botellón sino a diario.

Todo con el propósito de terminar con lo que Francisco Martín calificó de "terrorismo contra el patrimonio".