Son muchas las comunidades de vecinos, espacios comerciales y de cualquier otra índole que antes o después han sufrido pintadas de vándalos. Las últimas, que han afectado a edificios municipales, e incluso a bienes patrimoniales, han puesto en alerta al ayuntamiento, que ha instado a todos los afectados a denunciar estos actos vandálicos ante la policía.

El ayuntamiento lo ha hecho ya. Lo hizo en el caso de la pintada que apareció sobre la ilustración que precisamente pintó un artista urbano en el edificio de servicios sociales por encargo municipal y también en el caso de la pintada que apareció en la puerta Berrozana.

Pero la concejala de Interior, Sonia Grande, ha querido ir más allá y realizar un llamamiento a la ciudadanía: "Hay que denunciar porque es la única forma de actuar. La policía no puede hacer nada si no hay denuncia. A veces, se pueden tener pruebas, indicios, pero para poder utilizarlos se necesita una denuncia previa".

ESCUELA DE OCIO A propósito de la actuación de estos vándalos, la edil quiso subrayar que el ayuntamiento cuenta con una escuela de ocio dedicada al grafiti, que trata de desarrollar el aspecto artístico. "Que el ciudadano no mezcle a unos con otros porque desde la asociación (de artistas urbanos) se está colaborando para detectar a los vándalos". En su opinión, quienes pintan espacios públicos o privados sin autorización "consiguen dos cosas, afear la ciudad y desvirtuar el grafiti como arte y es por eso que la asociación es uno de los primeros afectados", ya que, en su opinión, el ciudadano puede considerar a unos iguales que a otros y los que pintan sin autorización "son gamberros, que en muchas ocasiones no son ni de la propia ciudad".

Grande no dio nuevos datos del autor de la pintada de la puerta Berrozana, aunque el ayuntamiento ya ha dicho que cree que se trata de la misma persona que realizó anteriormente la del centro de servicios sociales y, en este caso, existe una grabación realizada por las cámaras de vigilancia del centro comercial Carrefour.

Una vez denunciadas y fotografiadas, se repinta la zona afectada, lo que es mucho más costoso en el caso de que el daño se produzca en un monumento con la puerta Berrozana, cuya factura ascendió a 235 euros.