El interventor municipal tendrá la última palabra en la fecha de presentación y aprobación de los presupuestos municipales del último año. Así lo indicó ayer el alcalde, Fernando Pizarro, quien explicó que, en el mes de septiembre, el concejal de Hacienda ha comenzado los trabajos para confeccionarlo.

Porque la intención es que ocurra como en años anteriores y que las cuentas municipales del próximo año se puedan llevar al pleno del mes de diciembre para que estén aprobadas coincidiendo con el final del año. Así lo ratificó ayer Pizarro, al señalar: «espero que tengamos la posibilidad de aprobarlas en tiempo y forma, a finales de diciembre», aunque matizó que habrá que esperar a las consideraciones del interventor municipal.

De hecho, apuntó que, desde el mes pasado, ya ha tenido lugar alguna reunión «para sentar las bases» del presupuesto, en cuanto al proceso técnico, reuniones en las que ha participado el interventor, pero señaló que este año «se han retrasado mucho algunas cosas» en materia contable y puso de ejemplo la liquidación del presupuesto del año pasado, que no se llevó a pleno hasta el mes de junio.

Por tanto, un retraso puede llevar a otro y esto es lo que podría llevar a no tener aprobado el presupuesto en diciembre, lo que conllevaría tener que prorrogar las cuentas actuales, con los trastornos que eso conlleva.

este año, en marzo /Precisamente, este año, el presupuesto no pudo entrar en vigor hasta su aprobación definitiva en el mes de marzo, ya que, aunque se aprobó en el pleno de diciembre del 2016, había que resolver dos alegaciones presentadas por los Ayuntamientos de San Gil y Pradochano y esto no sucedió hasta tres meses después.

A partir de ahora, empieza la cuenta atrás para cuadrar las cuentas, introducir las demandas de cada concejalía y de las asociaciones de vecinos que ha ido visitando el alcalde y concejales del equipo de gobierno a lo largo del año, sumado a los conceptos fijos de personal, convenios y endeudamiento municipal, disparado por las huertas.