No se lo pensó, y salió de su casa con una toalla dispuesto a apagar el incendio originado en una vivienda vecina y lo consiguió, pero terminó en el hospital debido a una intoxicación por humo. Afortunadamente, fue la única consecuencia del fuego que comenzó la noche del lunes en la cocina de un tercer piso del centro, en el que se encontraban una mujer con cuatro niños pequeños y su suegra.

Precisamente por este motivo, al inicio del suceso las informaciones eran contradictorias y la policía local hablaba de la posibilidad de que varios niños hubieran quedado atrapados, aunque finalmente no fue así. El fuego comenzó en torno a las 22.45 horas en la cocina de la vivienda de la mujer --ubicada en la calle Engracia de Monroy, que comunica la ronda del Salvador con Sor Valentina Mirón-- y poco después acudieron dos dotaciones de bomberos y miembros de la policía local.

COCINA QUEMADA Pero cuando llegaron, el vecino del segundo piso --empleado del bar El Choco de la calle Cervantes-- ya había conseguido apagar las llamas, tras lo cual tuvo que ser atendido por una unidad del 112 por intoxicación de humos y trasladado al hospital Virgen del Puerto, del que ayer por la mañana fue dado de alta. Además, según un testigo, necesitaron atención la mujer mayor que vivía en la vivienda y uno de los niños por nervios y ansiedad.

Según informó el jefe del parque de bomberos, el fuego provocó mucho humo, por lo que el edificio tuvo que ser desalojado mientras procedían a ventilarlo. Al parecer, se originó en el extractor de humos y provocó numerosos daños en muebles, paredes y techo de la cocina, aunque no llegó a pasar a las habitaciones contiguas.