Los jugadores de la liga de fútbol-7 podrán estrenar hoy el remodelado campo de Los Pitufos, en el Rosal de Ayala, que inauguraron ayer la alcaldesa y el concejal de Deportes, Enrique Tornero. Con la reforma, los equipos han dicho adiós a la tierra y al barro para dar la bienvenida al césped artificial, una antigua demanda de una liga que aglutina a unos 800 jugadores y disputa más de 500 partidos al año.

Tras dos meses de obras que han costado 180.000 euros y ha ejecutado la empresa Ogex, el nuevo campo acogerá hoy la fiesta final de temporada de la liga y la final de copa, además de la entrega de trofeos de toda la competición. En esta ocasión, los ganadores de primera división han sido Bar Raben, seguido por Café Bar Deportivo y Hierros Marceliano y el campeón de segunda, el Latino Boliviano.

Carlos Hernández, de la organización de la liga, resumió ayer el sentir general de los jugadores: "Estamos super contentos, esto es un lujo" y destacó, al igual que la alcaldesa, que con la obra se han ampliado las medidas del campo, lo que ha permitido homologarlo para acoger partidos federativos.

Así, el campo tiene ahora 55 metros de largo por 31,5 de ancho y un césped artificial que según el concejal Enrique Tornero "es lo último que hay en el mercado". Además, se ha instalado un cerramiento nuevo y una caldera de gas en los vestuarios. Para la alcaldesa, una vez mejoradas las condiciones de juego, solo resta esperar "que haya juego limpio en el campo".