Antonio Manuel Sanguino y José Félix Rodríguez, agentes de Seguridad Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía en Plasencia, recibieron la semana pasada la cruz al mérito policial con distintivo blanco, un reconocimiento por haberle salvado la vida a una mujer cuando intentaba quitársela hace justamente un año. Juntos, suman 27 años en el cuerpo, 14 Antonio y 13 Félix y, en Plasencia, ya tienen 4 y 8 años de experiencia respectivamente.

-¿Qué supone este reconocimiento?

-Es un orgullo y a todo el mundo le gusta que le agradezcan el trabajo, pero también debemos decir que hemos participado en intervenciones más peligrosas que no han salido a la luz pública ni han tenido esta trascendencia. En este caso, salvamos a la mujer de morir, pero no pusimos en riesgo nuestra vida.

-¿En qué otras intervenciones sí lo han puesto?

-Pues hemos estado en dos tiroteos, uno en San Lázaro y otro en Los Mártires, y también nos dispararon cuando íbamos en los coches patrulla en el barrio de Gabriel y Galán. Incluso, en otra intervención en la que impedimos que un hombre se tirara de un puente, este pudo haberse llevado detrás a Félix y a otro compañero. La gente no se da cuenta de eso, pero te juegas la vida.

-Pero la sensación es la de que esta es una ciudad segura y las estadísticas anuales que se anuncian así lo dicen

-Hay que distinguir. En esta ciudad se delinque, pero lo cierto es que, estadísticamente, entre lo que se delinque y se resuelve, la eficacia en resolver delitos es brutal, pero eso no quiere decir que no se cometan delitos.

-¿Cuál es, según su experiencia, el principal problema que tiene la ciudad?

-La droga. Esta no es una ciudad en la que haya robos de bolsos a diario, por ejemplo, y las agresiones sexuales recientes son muy puntuales, pero el tráfico de drogas, que está muy centralizado, sí es un problema. A nosotros incluso nos han amenazado, pero tienes que lidiar con eso y aguantar la presión.

-Y a eso suman la falta de efectivos que se ha denunciado en varias ocasiones

-Sí. Aquí tenemos en la calle en algunos momentos un coche o, como mucho dos.

-¿Y cómo lleva todo eso la familia?

-Están acostumbrados, pero es duro cuando tienes que trabajar mañanas, tardes, noches, fines de semana, festivos, y encima en este tipo de trabajo.

-Las medallas son entonces ‘anecdóticas’

-Son metal, sirven para el expediente y a todo el mundo le gustan, pero cuando trabajamos, no pensamos en medallas, sino en cumplir con nuestro deber.