POR RAQUEL RODRIGUEZ

El pasado mes de junio, el Café-Bar Mannilab, situado en la avenida Ambroz, entre la gasolinera de la avenida de España y la estación de ferrocarril, aparecía en esta sección. Hoy, tres meses después, merece volver a ella porque es un establecimiento completamente nuevo. Su gerente desde hace cinco años, Roberto Carlos Sánchez De la Calle, ha decidido darle un giro de 360 grados para "actualizar la imagen que tenía e intentar que vayan mejor las cosas".

De entrada, la oscuridad que antes había ha dado paso a un interior en todos grises que proporciona una luz que invita a pasar y tomarse algo. No parece ya un establecimiento que lleva treinta años en el barrio. "Antes, cuando estabas en la calle y mirabas hacia adentro, a lo mejor no te daban ganas de entrar, pero ahora espero que sí", comentaba antes de su reinauguración, que tuvo lugar el pasado viernes.

Y todo el que entre, antiguos y nuevos clientes se encontrará con un bar completamente nuevo. "Todo es nuevo. Los focos, el hilo musical, los expositores, el enfría tapas, los baños, el suelo, el techo...". Las mesas y sillas y las imágenes que decoran paredes y techos también. Reconoce que en los tiempos que corren realizar una inversión así "es un riesgo, pero hay que intentarlo". Además, él mismo ha participado en la reforma, que ha durado tres semanas, mucho tiempo para él porque el bar ha tenido que estar cerrado y no ha tenido descanso ni un solo día.

Pero esperaba con optimismo su reapartura. De hecho, muchos clientes le preguntaron por la fecha.

Pero además de su imagen exterior e interior, Roberto Carlos ha decidido ampliar la variedad de tapas que venían ofreciendo hasta ahora, entre 15 y 20. "Vamos a tener unos 25 pinchos, que preparamos yo o mi padre" porque afirma que le gusta mucho la cocina.

Por lo demás, seguirá fiel a su oferta y a los precios económicos, por ejemplo, con copas a partir de las siete de la tarde por 3 euros o el quinto de Estrella del Sur por 0,80 y el tercio de esta misma cerveza al precio de 1 euro. Otro ejemplo, ofrece desayunos de café más tortilla, migas, churros, tostadas o bollería, a elegir, por un euro.

Además, ha instaurado los Viernes Felices, día en que tanto la caña, como la Sandy, la cerveza sin alcohol y el botellín se venden a 0,80 céntimos y la Budweiser y la Voll Damm, a 1,50 euros. Y también tiene las copas, a partir de las siete de la tarde, al precio de 3 euros. "Yo miro los precios con los proveedores, pero es que ya no se pueden bajar más, porque lo siguiente sería ya regalarlo".

Con todo, espera no solo seguir manteniéndose, "que ya es un triunfo", como decía en junio, sino ir a más con esta nueva imagen. Tiene la ventaja de estar "en una zona de paso de día de diario" y al estar junto a la avenida de España, en una zona industrial donde todo cierra, el establecimiento también lo hace y esto le permite tener todo el fin de semana para dedicárselo a su familia.