El calor fue ayer protagonista junto a los productos y sonidos típicos de la ciudad y las comarcas del Martes Mayor, fiesta declarada de Interés Turístico Regional, que volvió a reunir a unas 25.000 personas en torno a la zona monumental.

Las temperaturas, que rondaron los cuarenta grados durante la mayor parte de la jornada, obligaron a los visitantes a ser madrugadores para ver los puestos de frutas y verduras y artesanía y hubo quien supo sacarle partido al calor con un puesto de helados, una barra para servir bebidas y pinchos o con propaganda en forma de abanico.

Como novedad, se habilitaron tres puestos de información turística, que se unieron a los 94 de frutas y verduras y a los cerca de 200 de artesanía para mostrar un completo escaparate de productos tradicionales de las comarcas, en muchos casos hechos a mano. Tampoco faltó la música de la mano de los tamborileros, los que se presentaron al tradicional concurso de flauta y tamboril y los que recorrieron las calles con sus sones. De los primeros, los ganadores fueron Carlos Javier Calderón, de Jaraíz y Javier Guillén, con 13 años y de Piornal.

POCOS INCIDENTES

Los premios de frutas y verduras recayeron en Guadalupe Rubio, de, al mejor puesto; Julio Rabazo, a la mejor presencia; Aurelio Sánchez, al producto de mayor tamaño y Aurelio Franco, al de mayor calidad. En artesanía, los premiados fueron Pedro Garrido, en madera; Bruno Tello, en metal; Elena Domínguez, en textil; Franciso Blázquez, en cuero; Florencia Lorenzo, en cestería y la asociación Engobe, en cerámica.

La jornada transcurrió con escasos incidentes, ya que la policía sólo informó del traslado de algunos jóvenes al hospital en estado ebrio y de un ataque hepiléptico, aunque lo más destacado fue un fuego de pasto en Pablo Iglesias que los bomberos pudieron controlar en una hora.

Pero la fiesta del Martes Mayor se dejó sentir ya la noche del lunes con los puestos de artesanía instalados en la zona monumental y el trabajo en vivo de algunos artesanos. Más de dos mil velas hicieron desaparecer casi por completo la luz eléctrica y las damas, juglares y bufones sorprendieran con sus juegos a los visitantes. A esto colaboraron también el Grupo Placentino de Montaña y Protección Civil, que, ataviados de caballeros, se descolgaron y lucharon con espadas y antorchas a varios metros de altura en las fachadas de San Nicolás y el palacio de Mirabel.

Después le llegó el turno al concierto del cantautor Luis Eduardo Aute, que consiguió abarrotar la plaza Mayor con su música y su voz. Durante más de dos horas, cautivó al aforo con la unión de temas de su último disco Alas y Balas y algunas de las canciones más significativas de toda su discografía, como Slowly , Al Alba o Gira Luna .