Cómo decir esto sin que le dé un patatús a la alcaldesa por lo inusual. Pero al César lo que es del César y toca felicitarla por haber logrado que Fomento asuma, por fin, el arreglo de la avenida Martín Palomino, entrada a la ciudad que invita más a darse la vuelta. Aunque haya tenido que ser por la presión de la nueva asociación de industriales y a las pruebas me remito. Porque si bien es cierto que el PP dejó a medias la antigua travesía, ha pasado entre medias toda otra legislatura de la misma Elia María Blanco hasta que los empresarios la han puesto las pilas con la amenaza de las pancartas. Lo que demuestra que los diferentes colectivos harían bien en tomar nota y despertarse de su letargo. Como parece que va a despertar también el polígono industrial, abandonado a su suerte desde su creación hace 30 años, con una primera inyección económica procedente de los fondos europeos gestionados por el concejal Francisco Martín. Aunque yo digo lo que los afectados de una y otra zona industrial, que obras son amores ... Pese a que hay que reconocer que son los primeros pasos para reparar demandas históricas.