"Apelo a la mayoría de edad de los concejales y a su responsabilidad. Cada uno debe saber para qué debe usar el móvil y para qué no". Así de claro se expresó ayer el alcalde en funciones, Pablo Sánchez del Mazo, a la vista de las facturas de los ediles del último mes, que en algún caso alcanzan hasta los 354 euros.

Del Mazo no descarta retirar el teléfono a algunos, aunque sería su última opción, pero lo que sí contempla es restringir las llamadas a sólo ciertos números para evitar las personales.

Así, dijo recoger la sugerencia de la oposición de retirar el móvil a la mitad de los concejales: "Esa es una posibilidad, que haya menos gente con móvil, pero no sé si se aplicará a los ediles o los funcionarios". Aún así, se mostró partidario de que todos los ediles cuenten con uno, siempre que "hagan un uso racional del mismo" y sólo en caso contrario, advierte de que "habría que recurrir a medidas más drásticas como quitarle el móvil".

APERCIBIMIENTO Como su intención es no llegar a ese extremo, dio un toque de atención: "No somos niños, hay que hacer un uso racional del móvil". Es más, apuntó a los datos de las facturas desvelados el lunes por el PERIODICO para señalar que "cada concejal debe sacar sus propias conclusiones". En este sentido, señaló que una de las medidas que se tomará será el apercibimiento a los concejales para que no vuelva a suceder.

Respecto al uso del teléfono para realizar llamadas personales o para gestiones de partido y no municipales, el alcalde en funciones, apuntó a que la medida más efectiva sería restringir las llamadas "para que los ediles sólo puedan llamar a cinco o diez teléfonos y nada más". En su opinión, esta actuación es una garantía "de que no se pueda llamar a la tía o la prima", pero antes de llevarla a cabo aclaró que "hay que darle a la gente la oportunidad de que demuestre que sabe usar el móvil con responsabilidad y cabeza".