La mujer que ha alquilado el piso a las familias rumanas dijo ayer que desconocía que hubiera problemas de convivencia y aseguró que "dijeron que eran dos parejas con un niño", aunque también reconoció que "después sí he visto que había mucha gente por allí".

Respecto a la falta de luz, explicó que se debe a que el piso llevaba mucho tiempo cerrado: "Estaba lleno de telarañas y ellos lo han acondicionado y pintado". Precisamente por la falta de luz confiesa que no existe contrato alguno de arrendamiento del piso: "Estaba esperando a hacerlo cuando les diera la luz, pero al final no se la voy a dar porque me ha dicho la compañía que me cuesta mil euros y eso es mucho dinero".

Dice además no ser la dueña del piso porque "el dueño era un familiar mío que vivía en mi casa y murió hace años y ahora no está muy claro de quién es, pero como yo le cuidaba pues me he hecho cargo del alquiler", explica.

Insiste en que no sabía que hubiera problemas de convivencia, pero dice que lo veía venir porque "el primer día, ya se quejaron los vecinos de que habían dejado la basura del piso en la calle, es que la gente está un poco a la que salta". Ahora, se queja de que los vecinos no la han avisado, aunque el presidente vecinal afirma que sí intentó localizarla.

Con todo, aseguró ayer que "si dan problemas y arman escándalo, tendrán que irse".