Más de 50 vecinos llamaron la noche del sábado a la policía local para protestar por el ruido de las pistas de verano. Lo aseguró uno de los afectados, el presidente de la asociación de vecinos del Rosal de Ayala, Agapito Díaz, quien llamó para quejarse a las dos de la madrugada.

"Entonces me dijo la policía que ya llevaban medio centenar de llamadas y que el viernes por la noche había habido más", subrayó. Hacía varios fines de semana que los vecinos de las zonas más próximas a las pistas no se quejaban y en agosto el edil de Seguridad Ciudadana, Blas Raimundo, se comprometió a enviar a la policía a estos locales si había quejas.

Así lo hizo el pasado viernes, según indicó ayer el concejal, que confirmó tener en su poder "varios partes de queja por los ruidos". Sin embargo, el presidente vecinal fue tajante al señalar que "el baremo no lo tienen que medir por la gente que llama, tienen que vigilar siempre porque a las seis de la mañana hay todavía música allí".

Además, Díaz reprochó al ayuntamiento que exija a unas pistas medidas de insonorización como al Hook , que "habría que darle una medalla" y a otras no. Para tratar estas cuestiones tiene previsto reunirse con el concejal, que a su vez quiere hacer lo propio con el dueño de la última pista abierta.