Particularmente prefiero el de Haendel aunque el de Díaz venga con cantos de sirenas. Si ya se había dejado ver su verdadera faz tele por tele local insultando a Victoria Domínguez hasta llegar a decir, como un argumento más de su desarraigo, que ni tiene hijos que dar a la ciudad de Plasencia, la justicia le ha acabado de desenmascar. Por la boca muere el pez y es que José Luis Díaz se negó ayer a sí mismo cuando confesó que retirará el pleito al PP porque ni la justicia le deja ya ser su candidato. Acabáramos. ¿Pues no dijo que la suya era una lucha moral para demostrar que su partido ponía y quitaba en Cáceres a los candidatos? Eso ya le da igual -- le traiciona el subconsciente-- porque lo que le movió fue lisa y llanamente una pataleta y el deseo enfermizo de que Victoria Domínguez no fuera la candidata, lo que él viste con el mensaje mesíanico de que es que no puede dejar a Plasencia en manos de cualquiera. A él, que no tuvo empacho en demandar al PP por negarle su derecho fundamental a ser el candidato, poco le importó el derecho a la información del ciudadano como demuestra que desapareciera tras la sentencia negándose a explicar sus pasos ni en la Ser, donde tampoco dio la cara en una entrevista largamente anunciada.