Tras los mimos que aparecen en las calles comerciales se hallan varios jóvenes rumanos que a falta de trabajo, han optado por esta otra forma de ganarse la vida. Este es el caso del protagonista de la foto, que dejó su país natal donde ejercía de músico porque allí los sueldos están por los suelos. A cambio de una moneda, ofrece un saludo que se ha hecho muy popular entre los niños. El es uno de las al menos 38.495 personas que están empadronadas en Plasencia, según la última cifra conocida del año 2002.