Desde principios de semana y un día tras otro, los vecinos de Miralvalle han tenido que sufrir cortes de agua en sus casas o, en el mejor de los casos, falta de presión durante todo el día. Ayer, volvió a ocurrir, con el problema añadido de que la empresa del agua solo tenía un operario de guardia, que estaba pendiente del reventón de la tubería del puente de San Lázaro.

La policía local, destinataria ayer de algunas quejas vecinales, achacó el problema a tuberías provisionales instaladas en la calle San Fulgencio por la obra de renovación de redes y apuntó que por lo menos hasta mañana, la empresa no podrá solucionarlo. Lo que supone un trastorno para uno de los barrios más populosos de la ciudad y en unos días en que muchas madres con niños en casa aprovechan para bañarles y poner lavadoras.

Algo que no pudieron hacer ayer y que ha sido difícil durante toda la semana. "Yo llevo sin presión de agua desde el martes y cada mañana al levantarme, ni podía poner la lavadora ni casi ducharme porque la presión no daba para que saliera el agua por la ducha", se quejaba ayer una vecina que tuvo que dejar platos de la cena sin fregar.

Desde el bar Navalinda, la dueña, también vecina, advertía de que "yo vivo en un tercero y no tengo agua o me llega poca presión y mucha gente dice que le está pasando todos los días". En el bar La Granja protestaban también por los repetidos cortes: "Hemos estado sin agua un día una hora, otro dos y hoy tenemos poca presión". Todos pedían una solución urgente.