La zona norte de la región ha perdido al decano de los tamborileros, Santiago Béjar Domingo. Falleció ayer, a los 91 años, en Plasencia, donde residía y donde se esparcirán sus cenizar porque su última voluntad fue que le incineraran y repartieran sus cenizas por la finca donde vivía, en Santa Bárbara.

La noticia de su muerte causó tristeza ayer en su pueblo natal de Las Hurdes, Casar de Palomero, pero también en Plasencia, sobre todo en la universidad popular, donde fue el primer profesor de flauta y tamboril y donde enseñó durante años. De sus clases y sus alumnos surgió precisamente un grupo, la Asociación de Tamborileros del Norte de Extremadura, que lleva su nombre.

Los tamborileros de la provincia y del resto de la región lloraron ayer su muerte, junto a su familia --tuvo cinco hijos, pero uno ya falleció, y era viudo.

Santiago Béjar era hijo del tamborilero Celedonio Béjar, que fue uno de los principales informantes del musicólogo placentino Manuel García Matos. Sin embargo, y según contó ayer el alcalde, también profesor de música, "al principio denostó el tamboril, lo veía del pasado, aunque se fue a Madrid a aprender música". De hecho, a los 17 años creó una orquestina con saxo, clarinete y batería.

Pero "con los años, se dio cuenta de que su padre había sido uno de los más grandes tamborileros del norte extremeño y comenzó a aprender el tamboril y la flauta y creó su propio método para enseñar", subrayó Pizarro, que destacó la faceta de profesor de Santiago Béjar. "Toda su sabiduría la compartía y dedicó gran parte de su vida a la enseñanza".

Además, participó en todos los concursos de tamborileros del Martes Mayor. De hecho, en la edición del año pasado, la federación extremeña de folclore le hizo un homenaje. También en Casar de Palomero se le han hecho varios homenajes y la catedrática de música de la UEx, Pilar Barrios, y otros docentes editaron su biografía.