El propietario de la discoteca Moma tendrá que hacer frente a una multa de hasta 7.500 euros por sobrepasar el nivel de ruido permitido y en el plazo de un mes tendrá que haber adoptado las medidas técnicas necesarias para no molestar a los vecinos. Es el resultado del expediente sancionar abierto por el concejal de Interior, Francisco Martín, quien ayer mismo encargó la compra de un sonómetro para que la policía local pueda realizar mediciones de ruido.

La del Moma fue "una medición sorpresa", indicó ayer el edil, que se la encargó a una empresa especializada ante las repetidas denuncias del vecindario y dio paso a la instrucción de un expediente sancionador por una infracción que el ayuntamiento ha considerado grave, ya que el ruido sobrepasó los límites admitidos por el Reglamento de Ruidos y Vibraciones.

Además de la multa, la primera de tal dimensión que impone este equipo de gobierno, el concejal destacó el requerimiento hecho al propietario para que corrija las deficiencias técnicas y evitar "la contaminación acústica al vecindario". Por lo que Martín apeló al cumplimiento de la promesa electoral del PSOE de lograr una ciudad silenciosa. "El ruido de los establecimientos de ocio y del tráfico -- admitió-- son quejas permanentes de los placentinos, por lo que con esta medida se pretende solucionar la contaminación acústica". Es también una medida ejemplarizante para los locales de la movida nocturna.