Si la concejala Carmen Blázquez se hubiera empeñado en negar los defectos de limpieza en las calles porque los ciudadanos, los muy pesados, no nos cansamos de denunciarlo, hoy no se habría ampliado el servicio. Quizá por eso la vigilancia policial tantas veces demandada por los vecinos de Gabriel y Galán y del entorno de San Lázaro o los atascos no tienen pinta de mejorar; porque se niega la mayor.

Y con todo, lo que es para echarse a temblar es que en lo poco que va de año ya haya habido tres accidentes en el acceso de la N-630 desde Salamanca visto que con sólo tres en todo un año ya se le considera punto negro . ¿Y el dato sólo le sale de ojo al Movimiento Social (MSU)? Lo que hay que pedirle a la alcaldesa, Elia Blanco, es que sea una pesada. Con el Ministerio de Fomento, digo. Y que sepa también comprender a los ciudadanos que le piden mayor vigilancia policial en los dos barrios donde a nadie se le escapa que hay droga por mucho que hayan aumentando en un catorce por ciento las detenciones policiales.

Menos mal que nos quedan Portugal, el persistente coordinador de Infraestructuras del MSU, Paquino Martín, y la Policía Nacional, que está incomodando a los que trapichean con droga junto al parque infantil de Matías Montero, sensible a la demanda de los vecinos.

Está muy bien que se renueve el pavimento de la calle Talavera. La concejala Mónica García también podía haber optado por decir que los peatones se quejan de vicio y que si alguien se ha caído es un hecho aislado. Pero si quieren hacer ciudad, en los accesos tienen mucha tela que cortar.