El concierto de La Negra fue lo más esperado en la noche de ayer en la XXII edición del festival internacional folk Plasencia. La artista andaluza compartió escenario con el grupo Alborá Folk y la banda portuguesa Catraia. Una noche más el recinto de Torre Lucía estuvo lleno por completo.

Alborá Folk fue el encargado de abrir la segunda noche de conciertos del festival. Este grupo llegado desde el hogar extremeño de Móstoles ofreció música tradicional extremeña, donde no faltaron las jotas o las rondeñas. Canciones típicas que sus padres y abuelos, extremeños, les cantaban cuando eran pequeños. Todo con toques contemporáneos para llegar al máximo público posible. «Estando fuera de Extremadura valoras de otra forma su cultura», señalaron desde el grupo.

Acto seguido le llegó el turno a la banda Catraia, desde Portugal. Un grupo de músicos, de Leiria, se unieron en 2013 para crear canciones típicamente portuguesas pero con toques pop. Ayer interpretaron numerosas piezas con su fado más pop para demostrar que la música de su país también puede sonar de lo más moderno, según explicaron desde la organización. Y así lo hicieron Inés Bernardo, Ricardo Silva, Rui Amado, Adelino Oliveira y Juan Marieta. Además, para este concierto estuvo el invitado especial Pablo Bernardino con su clarinete.

Y el cierre de la noche corrió a cargo de La Negra, Amparo Velasco, voz propia del flamenco pop, que fusiona sus raíces flamencas con el jazz, la copla, los ritmos africanos o latinos. Lo demostró sobre el escenario de Torre Lucía con esa voz inconfundible de quien empezó en los ambientes flamencos más reducidos acompañando a grandes artistas como José Mercé o Vicente Amigo.

Pero antes de los conciertos, la fiesta del evento empezó a las 19.30 horas en La Isla, donde el grupo local Enverea impartió un taller de música folk, para tratar de acercar esta cultura a todo el público interesado. Cabe destacar que la charla que iba a impartir el director del programa de Radio 3, Tarataña, no se llevó a cabo por problemas personales. Desde la organización pidieron disculpas por este hecho.

Y el pasacalles previo a los conciertos fue a cargo del grupo extremeño Busker String Quartet, que actuó el jueves en el primer día, y que dieron cuatro pequeños conciertos en diferentes rinconces antes de unirse, una noche más, a la asociación de tamborileros norte de Extremadura Santiago Béjar, quienes también pusieron sonido y color a las calles del centro.