La súplica de los vecinos para que la policía local vigile que la calle Melo deje de ser el urinario público de la movida que es no ha dado aún efecto. La concejala delegada, Josefa Pérez Camisón, confirmó ayer que la policía no ha sorprendido a nadie en estos menesteres, que fue lo que pidió la edil de Limpieza, Carmen Blázquez, cuya mediación ha logrado que la empresa concesionaria riegue la calle cada mañana y alivie el problema a los vecinos. Pero por la noche, y sobre todo de jueves al fin de semana, vuelven a aparecer los orines que provocan el hedor ya característico de esta céntrica calle.