Es la decisión que ha tomado María Gordo, que en la foto aparece mostrando el agujero por donde entraron el jueves los ladrones. "Desde luego que el ayuntamiento no tiene la culpa de que me roben, pero yo tampoco, y encima el concejal de Barrios, Plácido Gómez, se comprometió aquí mismo y ante la junta directiva de la asociación hace un par de meses a poner una alarma y una reja". Además, la puerta del bar está llena de agujeros y apenas hay iluminación a la puerta del centro cívico. El ayuntamiento cobra 540,91 euros al semestre por el alquiler del local. "Sé que me pueden echar, pero yo así no puedo seguir".