Fatela no es la única, pero sí la empresa más afectada por las inundaciones del camino viejo de Serradilla. Tanto que los obreros han llegado a entrar y salir del trabajo en barca porque en coche era intransitable y con las lluvias recientes han vuelto a preparar la barca por si acaso. Los empresarios afectados por este problema, cuyo malestar crece tanto como los años que lo llevan padeciendo, apelan a la sensibilidad del ayuntamiento y recuerdan que también ellos pagan sus impuestos y no para calarse cada vez que llueve.