La restauración parcial de las cubiertas de la catedral y el acceso a la torre del campanario son las obras que se están llevando a cabo gracias al obispado de la ciudad, que lo financia «con los ingresos obtenidos por las visitas de los turistas», según señaló el deán de la catedral, Antonio Luis Galán.

Estas obras de adecuación tendrán una duración de un mes y tendrán un coste de unos 40.000 euros, con el IVA incluido. La licencia de obras fue concedida por el ayuntamiento en la última junta de gobierno local. «No podemos hacer ninguna obra sin antes pedir permiso al ayuntamiento y a Patrimonio. Muchas veces se concentran las obras en la catedral en los mismos meses, pero eso es debido a que tenemos que hacerlo cuando no afecte ni a los cernícalos primilla ni a la anidación de las cigüeñas», explicó el deán.

Lo que se está realizando en la torre del campanario es mejorar la terraza en la que se encuentra y colocar una serie de escalones, de malla de hierro, para poder entrar en el campanario sin ningún problema. «Hasta ahora hemos limpiado toda la maleza que había en el interior y mejorar su situación, pues las campanas también estaban protegidas ante la anidación de aves y las palomas», comentó Galán.

El objetivo principal de esta actuación en el campanario no es otro que el de proteger y preservar el patrimonio y quitar la humedad que había «y que podría poner en peligro lo que está debajo de esa terraza que es la sacristía, la sala capitular y el archivo de música». Pero, para un futuro, seguramente sea posible poder visitar este espacio. «El que me conoce sabe que mi teoría es que lo que no se visita no se cuida», sentenció Antonio Luis Galán.

Las obras van todas con cargo a los fondos de la catedral, que se consiguen con el pago de las entradas de los turistas. «Además, estamos llevando un mantenimiento de este templo, algo que no se hacía desde hacía mucho tiempo», dijo el deán.

Así mismo, otra de las actuaciones que se están llevando a cabo en este espacio es la adecuación del altar de la Asunción «que tenía una gran humedad provocada por la obstrucción de un nido de cigüeña en la bóveda y que no dejaba pasar el agua por las limas». Para ello, se ha levantado el suelo de la terraza superior, se ha impermeabilizado y se han colocado otras limas «todo para proteger el patrimonio y que las aguas de los tejados sean recogidas de la mejor manera posible sin afectar a nada», djo Antonio Luis Galán.