No se ha cumplido un mes desde la ordenación del nuevo obispo de la diócesis, José Luis Retana, y ya ha tomado una importante decisión, la de trasladar a los tres alumnos con los que cuenta actualmente el Seminario Mayor a Salamanca, para continuar sus estudios en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia. No obstante, y a pesar de que el próximo curso ya no habrá alumnos en el seminario, el Obispado transmitió ayer que el seminario «no se cierra», sino que «sigue vivo y abierto».

El pasado día 29, en una comparecencia pública, el obispo ya dio a entender que habría cambios en el seminario. Entonces, dijo que iba a mantener una reunión con el claustro de profesores para estudiar su situación y ver «qué es lo mejor» para la formación de los alumnos. «Es lo primero que quiero tratar, pero no lo decide el obispo solo, hay que escuchar a la gente».

Aunque, a preguntas de este diario, el obispado señaló que «en este momento no se van a tomar medidas inmediatas» y que hasta septiembre no se tomarían decisiones, finalmente, el obispo ha enviado una carta a todos los sacerdotes de la diócesis en la que explica su decisión.

Así, bajo el título de «Sobre el futuro del Seminario Mayor», José Luis Retana señala que, desde que conoció su nombramiento como obispo, ha estado preocupado por el seminario. «en este momento, con sólo tres alumnos en Estudios Eclesiásticos, se corre el riesgo de que queden empobrecidas, en mayor o menor medida, todas las dimensiones propias de la formación sacerdotal. Como bien sabéis, esta situación de escasez de alumnos se mantiene así desde hace varios cursos y, lo que es peor, a día de hoy no hay perspectivas reales de que vaya a cambiar de forma sensible en el futuro».

Por eso, tras hablar con sus antecesores Amadeo Rodríguez y Carlos López, los profesores del seminario, los miembros del colegio de consultores y otros sacerdotes, ha decidido el traslado de los seminaristas a Salamanca, donde convivirán con alumnos de otras cuatro diócesis.

costosa reforma / La medida llega cuatro años después de que finalizara la reforma del seminario, que supuso una inversión de 2,5 millones de euros, de los que colectivos, entidades y particulares aportaron 400.000 a través de una colecta pública. El exobispo Amadeo Rodríguez justifió el año pasado, antes de su marcha, la obra en que «o lo reformábamos o lo dejábamos caer, no había otra alternativa».