Antes de que acabe el año estarán en marcha las obras de construcción de una nueva planta de reciclaje de residuos, que supondrá también la eliminación de la escombrera actual, ilegal desde hace cinco años, según la normativa de la Junta. Es la previsión que maneja la Diputación Provincial de Cáceres y así lo anunció ayer su presidente, Juan Andrés Tovar, que recordó que la nueva planta forma parte de un proyecto de mayores dimensiones de la diputación, que contempla la instalación de puntos verdes y tres plantas, repartidas en 134 localidades de la provincia.

Para ello, la administración provincial ha solicitado fondos europeos por un valor superior a los cinco millones de euros y solo está a la espera de la firma de un convenio con la Junta, que es quien tiene las competencias en esta materia, para que le autorice a poner en marcha su plan de eliminación de escombreras.

"El convenio está redactado y tiene el visto bueno de ambas administraciones, pero está en la asesoría jurídica de la Junta".

Tovar espera poder sacar a concurso las obras este verano y lo que aún está intentando ajustar es el coste que supondrá este nuevo servicio para los usuarios porque "particulares y empresarios tendrán que pagar en parte o todo el coste del servicio", dijo.

Una vez construida, la gestión la realizará una empresa privada a través de un consorcio, de forma que tendrá concedido el servicio entre diez y quince años.

El anuncio de la construcción de esta nueva planta es de los más esperados, sobre todo, después de que en octubre del 2006 el ayuntamiento sellara la escombrera actual por incumplir la normativa de la Junta. Eso no impidió sin embargo que se siguieran arrojando escombros, aunque en menor medida debido al parón de la construcción por la crisis económica.

Además, el ayuntamiento adjudicó a una empresa en 2008 el sellado de la escombrera y la construcción de un centro de residuos, pero tuvo que rescindir el contrato al incumplir los plazos para llevar a cabo la obra.