Por si fuera poca la rabia que le entra a uno cuando le cuelan billetes falsos de 30 y 50 euros, ahora también están en circulación los de cien y de una vez le pueden estafar a uno 16.638 de las antiguas pesetas. Eso es lo que le pasó el jueves a Luis Fernández, el lotero que más premios gordos ha repartido desde su popular administración en la calle Talavera, y para más inri por hacer un favor.

"Todavía no había abierto al público cuando me llegó un grupo de excursionistas y por no decirles que no, les atendí y no me di ni cuenta hasta luego más tarde". Como supo dónde iban a comer, se presentó en el restaurante a pedir explicaciones, pero, claro, nadie se las dio y ahora se piensa si merece o no la pena denunciar el asunto aunque lo ha puesto en conocimiento de la policía para dar la voz de alerta.

Aunque en su día subió la adquisición de máquinas de rayos ultravioletas para su detección, muchos establecimientos comerciales han bajado la guardia y la policía nacional recomendó ayer mucha precaución. "La clave para detectar un billete falso es el mismo papel --advierte Comisaría-- si al arrugarlo con las manos apenas suena hay que sospechar porque el papel satinado no es sonoro". Luego hay que comprobar al trasluz que el sello del agua ofrezca nítidamente la misma imagen que se ve a primera vista. En fin, hay que estar ojo avizor. Lo seguro es que en la administración de Lotería de la calle Talavera no cuelan los billetes falsos, sino que lo ponen en conocimiento de la policía, que lo entrega a la Brigada de Investigación del Banco de España.