Omar Antón ha vivido la música en casa gracias a su padre, Chema Antón. Con él empezó, sustituyéndole a los 15 años en la orquesta en la que cantaba, en una ocasión en que se puso enfermo, según recordó ayer la concejala de Cultura, Marisa Bermejo. Después y durante cuatro años, ha compartido escenario con su padre en la orquesta Trotamundos y ahora ambos continúan recorriendo escenarios de la región y otras comunidades con la orquesta Elysium.

Como él mismo decía ayer, «he cantado de todo», pero en el verano del año 2013, en que fue telonero del grupo Auryn la víspera del Martes Mayor, decidió emprender un proyecto personal y en solitario, su primer disco.

Casi cuatro años después, se presenta con Eléctrico, un disco de diez temas de los que nueve están compuestos por él mismo y el décimo es una versión de Noches de blanco satén, en inglés.

Se trata de un proyecto de pop-electrónico, pero con arreglos de funky, de rock y de otros estilos musicales, porque confiesa que le cuesta «decidirme por un solo estilo».

Hasta llegar al disco y, además de las actuaciones con la orquesta, se ha preparado recibiendo clases de canto, interpretación escénica, locución y técnicas de doblaje en Madrid. La producción es propia y ha contado con el apoyo esencial de su padre, que toca «todo tipo de instrumentos y gracias al autoaprendizaje».

El disco estará a la venta mañana en las plataformas digitales y desde el sábado en formato físico. Lo presentará el mismo día, a las 20.30 horas, en el Alkázar, con una banda de cinco músicos, tres bailarines y la colaboración del grupo Al Qamar. La entrada cuesta cinco euros y Antón promete un espectáculo «muy vistoso, familiar y para levantarse del asiento».