La directiva de la escuela de fútbol de la UPP y los padres de los niños de la escuela han instado al ayuntamiento a que "abra cuanto antes" el nuevo campo de fútbol de césped artificial en la Ciudad Deportiva. Se trata de una obra que fue adjudicada a la empresa Mondo Ibérica S.A por 385.732 euros, con cargo al II Plan E, y que el concejal de Obras, Blas Raimundo, dio por finalizada la semana pasada.

Raimundo aseguró que la brigada de obras "está realizando el cerramiento" --que no estaba incluido en la obra-- y que la administración local estudia la viabilidad de llevar a cabo los vestuarios. Así se lo trasladó el propio edil a la dirección de la escuela durante una reunión mantenida el pasado viernes. A su vez, la directiva solicitó al concejal que les deje "entrenar y jugar en el nuevo campo" y le trasladó las quejas recibidas por los padres. "Lo necesitamos porque la Federación Extremeña de Fútbol ha prohibido utilizar esta temporada el campo de tierra de la Isla, sólo tenemos el del Mundial 82".

"También pedimos entrenar en un campo de césped artificial porque nuestros jugadores deben enfrentarse a sus rivales en este tipo de terrenos". Además, los padres de los alumnos de la escuela "se quejan mucho últimamente de que sus hijos sufren lesiones y esto es debido a que después de llover, la tierra se seca y se endurece. Jugar en un campo de tierra sería factible si estuviera bien acondicionado" --precisan desde la escuela-- "pero el barrizal que se forma cada vez que llueve, nos ha obligado a suspender partidos".

La obra se ha realizado sobre una superficie que supera los 5.000 metros cuadrados. La implantación de un campo de fútbol de estas dimensiones ha obligado a la demolición de los vestuarios y a la apertura de terrenos perimetrales con el fin de albergar todas las instalaciones. "El cerramiento es absolutamente necesario como medida de protección, pero podemos pasar de momento sin los vestuarios", aseguran desde la escuela. "Provisionalmente, podríamos tirar con unas casetas de obras, pero lo que necesitamos es poder comenzar a entrenar en el nuevo campo cuanto antes".

Además, tienen problemas con la distribución de horarios y esta es otra de las quejas de los padres. Hay más de 300 jóvenes en la escuela, de 6 a 18 años, reunidos en 25 equipos. "Cuadrar horarios para las diferentes categorías cuando falta un terreno de entrenamiento es una odisea. Los padres se quejan de que los niños de 8 a 10 años se vean obligados a tener que entrenar a las nueve de la noche. Además el campo Mundial 82 ahora tiene dos focos rotos".