POR RAQUEL RODRIGUEZ

El Hotel-Palacio Carvajal Girón tiene una filosofía. En este espacio ubicado en un edificio de finales del siglo XVI "no cuentan los minutos, sino los latidos". Es decir, es un hotel para el relax, para el descanso, donde hacer una pausa en la vorágine diaria, y eso se nota en sus servicios de cafetería y restauración. De hecho, se aprecia nada más cruzar sus puertas, en la decoración, en la música...

Abrió en enero del 2012 en la plaza de Ansano y desde mayo de este año lo dirige María Jesús Rodríguez, con quince años de experiencia en hoteles de la provincia. Cuenta con una plantilla de unos 14 trabajadores y un equipo de cocina de tres personas que "transforma la materia prima y elabora absolutamente todos los platos, incluidos los postres. No adquirimos nada que esté semipreparado", explica.

La filosofía de su restauración está basada en productos de la zona y en una cocina tradicional y mediterránea, "aunque también tenemos algún plato diferente o innovador porque el público de fuera busca productos de la tierra y los clientes de la zona buscan cosas diferentes".

En los desayunos, se desmarcan de lo habitual, ya que ofrecen al cliente dos tipos de desayuno, uno continental, más rápido de tomar, con café, zumo, bollería, tostadas... y otro gourmet, que consiste en una carta de ocho platos con dos opciones cada uno para elegir. "Es un tipo de desayuno para tomárselo con tranquilidad, para disfrutar de la comida, del entorno y todos los días los platos son diferentes".

Se pueden tomar en la zona del Atrio o en la propia cafetería. En esta cuentan con una carta de tapas, tanto para el día como para la noche. Se puede disfrutar de las tapas a la hora de la comida, o bien elegir entre la carta o un menú degustación que cuenta con unos seis platos y el postre. "Está pensado para los clientes que quieren probar diferentes productos de la carta, en raciones más pequeñas. Tiene un poco de todo", explica María Jesús.

Tanto en los aperitivos, como en los platos de carta, el hotel buscar "cuidar el producto y darle un toque personal, siempre trabajándolo todo aquí, desde unas croquetas hasta los postres". Esto último se puede comprobar también por las tardes, ya que a la hora del café ofrecen tartas elaboradas en su cocina y otros productos de repostería también artesanales como galletas con canela, para acompañar a su carta de tés o a lo que el cliente quiera tomar.

La carta y el menú degustación se ofrecen tanto para el almuerzo como para la cena y disponen también de platos diferentes para el servicio de habitaciones. "Son platos más fáciles de comer en la habitación".

Entre la zona del Atrio, el restaurante y la cafetería, el hotel dispone de un aforo de unas 165 personas, pero además, cuenta con una terraza de verano con vistas a la catedral y con la denominada sala de ideas , un pequeño reservado para 18 personas, pensado para reuniones, comidas, o cualquier evento privado.

Porque el hotel ofrece también restauración para eventos y acoge todo tipo de celebraciones. Cuando se trata de bodas y con la filosofía de evitar la incomodidad de los clientes, el hotel se blinda para los novios y sus invitados, que deben alojarse. "Todo es para ellos y el objetivo es que disfruten", lo que no harían con clientes externos porque las puertas de las habitaciones dan a los espacios de la celebración.

De cara a la Navidad, estarán abiertos a acoger comidas y cenas de empresa y preparan una cena de gala para fin de año. Quienes acudan descubrirán un lugar donde "disfrutar de la paz, de los sonidos, de la propia naturaleza del edificio".