El pasillo del colegio La Paz está vacío, pero dos clases tienen las puertas abiertas al fondo y desde fuera se pueden oír risas e intuir alegría y mucha vida. Los culpables son los niños de entre 5 y 7 años que están sentados en el suelo jugando con María, una de sus monitoras, y que forman parte del grupo más infantil del primer campamento urbano.

En total son 36 los pequeños que, repartidos en dos grupos más, componen la colonia de verano. "Me lo estoy pasando muy bien aquí porque si estuviera en casa, no podría ir todos los días a la piscina", comenta David, uno de los niños que está en el campamento, en concreto, es uno de los inscritos en el segundo grupo, el compuesto por menores de entre 8 y 10 años. La tercera y última clase es la de los mayores, que llegan hasta los 12 años. La diferencias de edades no es obstáculo, sin embargo, para que todos cmopartan las mismas actividades, repartidas en clases de una hora y media e impartida por uno de los tres monitores del campamento.

Musicoterapia, técnicas de estudio para reforzar el lenguaje, las matemáticas y los idiomas, juegos recreativos, deportes, informática o animación a la lectura, bien poesía o cuentos, son algunas de las actividades programadas para que estos niños, al tiempo que aprenden, disfruten desde su llegada a las ocho de la mañana y hasta las once, cuando es la hora de coger el bañador e irse a la piscina para darse un chapuzón hasta la una, momento en el que vuelven a las aulas para realizar la última actividad del día, de sólo de una hora de duración. A partir de las dos de la tarde, los padres los recogen, excepto los que han optado por el servicio de comedor, que se quedan una hora más.

El único día en el que han tenido un programa de actos diferentes fue el viernes pasado cuando los participantes y monitores salieron del recinto y visitaron la piscifactoría de Jerte.

Prorrogable

Mañana finaliza el campamento con la idea de que no sea el último. El objetivo era de que en agosto se realizara el segundo, pero se esperará al año que viene, teniendo en cuenta el número de niños que lo demanden. Si es así, el campamento que fue propuesto y organizado por el concejal de Bienestar Social y Educación, Victoriano Durán, volvería a organizarse contando con los monitores de Acuarex, empresa de gestión y tiempo libre, y subvencionado por el ayuntamiento, con un precio de 30 euros sin comedor y 72 para aquellos que opten por este servicio.