El juzgado de lo Penal ha condenado al enfermero José Buenaventura Duarte a cuatro años de prisión al considerar probados los delitos de abuso sexual por los que una mujer de 32 años y una menor le denunciaron mientras estaban ingresadas en el Hospital Virgen del Puerto. La sentencia, que fue notificada ayer a los interesados, le inhabilita por cuatro años para el ejercicio de su profesión en centros sanitarios públicos o privados y le condena también a indemnizar a cada mujer con 600 euros de los que responderá subsidiariamente el Servicio Extremeño de Salud.

La juez argumenta extensamente que ha prevalecido el testimonio de las mujeres porque ambas han persistido en sus declaraciones sin ambigüedades, no tuvieron relación alguna anterior con el enfermero ni entre sí que dé lugar a pensar en la existencia de un móvil de resentimiento, enemistad o de otra índole y los peritos negaron durante el juicio la finalidad terapéutica de los masajes que realizó a ambas pacientes en la zona genital porque "no están protocolizados" ni "fueron prescritos por un médico".

La sentencia reconoce que estos delitos "por su propia naturaleza, suelen perpetrarse de forma clandestina, secreta y encubierta lo que conlleva una enorme dificultad probatoria, en la que se suele contar casi exclusivamente con la prueba testifical de la víctima" con las garantías antes mencionadas, por lo que rechaza los testimonios presentados por la defensa por "contradictorios y por tanto interesados de los enfermeros compañeros del acusado". Por contra, destaca que la mujer de 32 años --casada y con hijos-- "manifestó verdadera vergüenza", preguntó antes a un médico si esos tocamientos eran propios de la terapia y ni siquiera se presentó como acusación particular.

Así, la juez recoge todas las peticiones del fiscal y relata que el enfermero realizó los abusos sexuales en noches distintas cuando las pacientes no habían requerido sus cuidados y sin prescripción facultativa. El afectado recurrirá a la Audiencia Provincial.