Por este agujero, ayer por la mañana ya tapiado, debieron salir los ladrones y en su huida abandonaron una bolsa con calderilla que recogió la policía por el camino que conduce al Arroyo Niebla. Fue el último rastro dejado por los autores de este golpe, que hizo sonar ayer todas las alarmas en un polígono que no había vuelto a sufrir robos tan llamativos como éste.