La Audiencia Provincial de Cáceres juzgará a un clan familiar, de cinco miembros, acusados de dedicarse al tráfico de cocaína en Plasencia y sus alrededores, además de tenencia ilícita de armas, por lo que la Fiscalía solicita penas que van de los seis a los cuatro años y tres meses de prisión.

El cabecilla recibía los encargos de manera telefónica y él y su pareja se encargaban de la entrega, al igual que su excuñado al que surtía de mercancía para la venta y distribución, según el escrito de acusación de la Fiscalía Provincial de Cáceres. Mientras, los padres del cabecilla facilitaban la adquisición de la sustancia y la guardaban en su domicilio para que su hijo pudiera acceder a ella.

La Policía Nacional empezó a tener constancia de esta actividad en junio de 2015 tras obtener indicios de que consumidores habituales de cocaína se acercaban al domicilio del cabecilla. Después de obtener la autorización para las escuchas telefónicas se pudo comprobar que recibían «numerosos encargos de droga por teléfono» tanto el cabecilla como su pareja, según se indica en el informe de la acusación. En algunas ocasiones quedaban con los compradores cerca de su domicilio y otras en distintos lugares de Plasencia. Además, otro de los acusados también distribuía droga que en ocasiones compraba al cabecilla.

Como consecuencia de estas investigaciones, se solicitó la entrada y registro en los domicilios de los acusados. En el del jefe del clan y su pareja se encontró cocaína que hubiese alcanzado en su venta ilegal la cantidad de 4.408 euros, así como una báscula de precisión y envoltorios.

En el domicilio del excuñado del cabecilla también se encontró cocaína con un valor de 1.533 euros, así como material para cortar, pesar y distribuir la droga. A su vez, en casa de los padres se halló 250 gramos de cannabis que habrían alcanzado en el mercado ilícito un valor de 1.172 euros y dos armas para las que el padre no tenía licencia ni guía.

Se da la circunstancia de que ninguno de los acusados tiene trabajo remunerado. La Fiscalía solicita para todos ellos, por el delito de tráfico de drogas, una pena que supondría cuatro años y tres meses de prisión, así como el pago de una multa que asciende hasta los 12.000 euros.

Además, para el padre del cabecilla, el Ministerio Fiscal solicita otros dos años más de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas.