El fuego del pasado verano en la sierra de Gata dejó muchos daños, en personas, enseres y animales. Uno de estos últimos fue Pirata, un cruce de mastín con pointer de 4 años, perro guardián de un rebaño de ovejas, al que su dueño llevó al hospital de campaña de Acebo "moribundo" y que hoy está prácticamente recuperado y sigue su tratamiento en la ciudad gracias a la protectora Adopta Plasencia.

"Aquel día estaba muerto. Nadie daba una peseta por él", recuerda Elena Sánchez, presidenta de Adopta. "Tenía calcinadas sobre todo la cabeza y el costado, no se le veían casi los ojos y no podía casi respirar". Además, "dos veterinarios estuvieron 5 horas quitándole gusanos de la cara y el cuerpo". Había que ingresarle y se le trasladó a una clínica veterinaria.

Allí, le pusieron "morfina para el dolor, goteros porque estaba deshidratado, antibióticos...". Esto ocurrió el 10 de agosto y hoy, Sánchez cuenta que su evolución ha sido bastante buena. "Se le han tratado las quemaduras y está bastante mejor, aunque se le cayeron las orejas porque eran carne muerta, como si estuvieran cocinadas".

También se le ha tratado para la erliquia, que ya ha superado, y ha comenzado un tratamiento contra la leishmania. "No está muy avanzada", aunque tendrá que seguir el tratamiento toda la vida. Aún así, subraya que "ha mejorado mucho, como la noche y el día. Ha cogido peso y es muy feliz". Sánchez destaca de Pirata que es bueno, listo y cuidadoso. "En cuatro días aprendió a andar con correa, sabe que tiene que hacer sus cosas en la calle y se lleva bien con todos los animales, aunque tiene mucho miedo de la gente. Pobrecito. Es muy fuerte".