Los discapacitados han logrado hacer realidad uno de sus deseos, poder bañarse en la piscina como cualquier persona. El ayuntamiento lo ha hecho posible gracias a la instalación de una silla hidráulica en la piscina municipal, que comenzó a funcionar ayer y también podrán utilizar las personas mayores con escasa movilidad. De esta forma, las Concejalías de Bienestar Social y Deportes se han unido para terminar con la principal barrera arquitectónica de la piscina, lo que la convierte en la primera de la ciudad adaptada para el colectivo de discapacitados.

Los nadadores Samuel Soler y Noelia García se prestaron ayer a realizar una demostración de su uso junto a los ediles Enrique Tornero y Victoriano Durán, que destacó que silla permite entrar a los discapacitados sin esfuerzo en el agua porque funciona como una grúa y cuenta con un arnés enganchado a la silla. Su concejalía ha aportado 3.200 euros para su instalación.