Los pivotes magnéticos que en diciembre estarán instalados en las principales calles del centro no evitarán el caos del tráfico, sino todo lo contrario, porque el ayuntamiento ni sabe aún cuál es el censo de los vehículos afectados ni mucho menos cómo repartir las nuevas tarjetas de residentes.

Lo seguro es que en dos meses desaparecerán de las calles los actuales pivotes de hierro, pero sus sustitutos no podrán funcionar y previsiblemente el centro será un coladero de coches. Este es el futuro próximo cuando el objetivo de esos pivotes es facilitar la peatonalización del centro con accesos cómodos a los residentes y a los servicios de emergencia, que ahora tienen que bajar manualmente el pivote con una llave a determinadas horas comerciales mientras que el resto del día se permite la entrada.

MERA INSTALACION Nadie en el ayuntamiento se ha preocupado de ir gestionando el uso del nuevo sistema con lo que la medida no va a ser aún funcional y se reduce a la mera instalación de unos pivotes que, por otra parte, llevan un retraso de dos años que obligó al gobierno municipal del PSOE a pedir sendas prórrogas a la comisión de seguimiento del Plan de Excelencia Turística que lo financia. No había posibilidad de una tercera con lo que de no instalarse antes de diciembre, el ayuntamiento perdería la subvención.

Por eso la concejalía de Turismo promovió la adjudicación de las pilonas en agosto pasado por importe de 230.000 euros a la empresa cacereña Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas, que se ha comprometido a hacer la instalación en dos meses y medio y a cuidar del mantenimiento durante tres años.

"Cómo se use --dijo-- no compete a mi concejalía aunque estamos a disposición de Pepa --la edil de Tráfico-- para colaborar" y, mientras tanto, Puertas ha solicitado a la policía fiscal los censos de vehículos y de vados en el centro así como al registro municipal el listado de residentes. De lo que Pérez Camisón niega tener conocimiento.