El centro placentino de Placeat ha disfrutado de un curso de cocina para sus usuarios que ha durado dos días, el pasado 15 y 16 de julio. Francisco Refolio, profesor de la Escuela de Hostelería de Cáceres y también al mando de los fogones del restaurante El Corregidor de Cáceres, ha sido el encargado de enseñar a cocinar varios platos al grupo.

Este es el segundo año que se realizan estos cursos de cocina en el centro de Placeat. La iniciativa gozó de un gran éxito el pasado año y querían volver a repetirlo. Refolio confiesa que para él ha sido un placer volver a participar en esta propuesta donde, según afirma, no solo aprenden los alumnos, sino los que están al otro lado.

"Es increíble ver que hoy se acuerdan al detalle de todas las recetas que realizamos ayer, y además lo cuentan con una ilusión enorme, me sorprende que aprendan con tantas ganas e interés, esto no se suele ver ni siquiera en la Escuela de Hostelería donde enseño a otros alumnos", comentó el cocinero cacereño.

Dieta Mediterránea

Los platos que les ha enseñado son básicos, "ricos" y parte de la dieta mediterránea. No se trata de unas simples clases de cocina porque también se les ayuda a fomentar su autosuficiencia al encargarles tareas que antes no realizaban y ahora, después del aprendizaje, las llevan a cabo a la perfección.

El menú que han realizado a lo largo de las dos jornadas ha sido: Paté de higaditos con manzana, crema de melón, croquetas y el extremeño postre de repápalos. Lo mejor del día llega cuando los cocineros más noveles saborean la comida que han elaborado en un almuerzo donde están todos juntos, tanto los alumnos como quienes les han ayudado. Esta comida se celebra como final del curso.

La iniciativa llevada a cabo en el centro está promovida por Francisco Valverde, director de Placeat y le ayudan los monitores que a diario están con el grupo. Por eso, entre todos, hacen que se trate de una experiencia agradable. "No dudé en volver a venir a Plasencia para estos cursos de cocina, porque al igual que el año pasado, estoy disfrutando tanto como ellos, porque se trata de un aprendizaje recíproco, sin duda una experiencia gratificante, ya no tanto como a nivel profesional, pero sí personal", confirma el chef cacereño.