Desde mañana, todo conductor de ciclomotores o motocicletas que no lleve el casco puesto se expone a una multa de 48,08 euros. La sanción, obviamente, no es nueva, pero sí la campaña de control exhaustivo que anunció ayer el edil de Tráfico, Blas Raimundo, y que se desarrollará hasta el día 29.

Los controles serán por sorpresa en cualquier punto de la ciudad y a cualquier hora con especial incidencia en las zonas de mayor afluencia de conductores jóvenes y son una continuación de las campañas, ya concluidas, de control del uso del móvil al volante, del cinturón de seguridad y de estacionamiento en las paradas del autobús o en las plazas reservadas a minusválidos.

En quince días han sido controlados 296 conductores, de los que no más del 29% incumplían alguna de estas normas. Así 22 fueron sancionados por hablar por el teléfono móvil mientras conducían, cuya multa es de 48,08 euros; 19 por aparcar en la parada del bus, que asciende a 108, y otros tanto por estacionar en las plazas reservadas a discapacitados, que es de 36,06. Otros 28 conductores fueron parados en los controles por no llevar puesto el cinturón de seguridad, pero esto no conllevaba multa.

Estos son los datos aportados por la concejalía de Tráfico desde el 28 de marzo hasta el 11 de abril, aunque los controles se habían iniciado antes de forma preventiva. No así los del uso del casco reglamentario que empieza mañana dado lo peligroso de desoír esta norma y vista la moda de muchos jóvenes de llevarlo guardado o del brazo.

Lo que echan de menos los vecinos es un control también del ruido que provocan los tubos de escape trucados, que nunca se acaban de hacer.