La policía local tiene desde ayer un mes en adelante para controlar la contaminación acústica que suponen los ciclomotores con escape libre y los ruidos de la movida que tantos quebraderos de cabeza dan a los vecinos. Hasta entonces le ha cedido la Junta al ayuntamiento el sonómetro así como un etilómetro para realizar la prueba de alcoholemia a los conductores en el casco urbano.

El vehículo que dispone de estos aparatos es un Seat León blanco con el logotipo de la Junta que ya circula por la ciudad y que había sido solicitado a la Junta por la concejala de Seguridad Ciudadana, Josefa Pérez Camisón, que ya ha aprovechado para pedir una prórroga.

Es la primera vez que la policía local dispone de sonómetro para medir ruidos y tanto los de motos como de la movida son de los que más se quejan los vecinos. En el caso de los ciclomotores trucados que emitan más decibelios de los permitidos, la multa arranca en 150 euros más las tasas municipales por inmovilización del vehículo en el depósito de Capote.

Por su parte, los conductores que den positivo en la prueba de alcoholemia con sólo 0,25 miligramos por litro en la sangre tendrán que pagar una sanción de 450 euros y así en progresión. Pero en el caso de conductores noveles y profesionales, la tasa se rebaja a 0,15 y en ambos casos se exponen a la retira del vehículo durante un mes. Esto en los controles rutinarios porque en los implicados en accidentes, el atestado acabará en el juzgado.