Conocido por su profesión como agente de la Policía Local de Plasencia, Manuel Bejarano es un amante de la canaricultura desde que era un niño y ha ganado por tercera vez y en una competición en la que participaron 35.000 aves, el primer premio del certamen a nivel mundial.

Primero fue en Holanda, después en Almería y en enero, ha sido en Italia, «la élite de la ornitología, donde están los mejores criadores», donde se ha hecho con el primero puesto gracias a un equipo de machos de la modalidad ágata-jaspe-rojo-mosaico. Se trata de una mutación en la que lleva trabajando 14 años.

Bejarano posee un aviario, del que prefiere no decir su ubicación ni el número de aves que cría debido a los robos que se producen en el sector. Subraya que la canaricultura es una «mezcla de arte, deporte y cultura» y que, para llegar a donde él ha llegado, se necesitan «conocimientos amplios de genética, de veterinaria y de nutrición. «Su filosofía es «saber lo que tengo, qué hacer con ello y saber mantenerme en esa línea de trabajo».