Desde la semana pasada se han vuelto a ver en diversos puntos de la ciudad amplios despliegues de la policía local. No responden a accidentes, pese a la alarma vecinal que causan, sino a una nueva campaña de controles de tráfico por sorpresa. Los agentes piden los papeles de los vehículos y vigilan que todo motorista circule con el casco.

Pero la orden del concejal de Tráfico, Blas Raimundo, es también la de volver a controlar que no se hable por el teléfono móvil al volante y que se haga uso del cinturón de seguridad además de vigilar que no se aparque en las paradas del autobús urbano o en las plazas reservadas a minusválidos. El edil destacó que son controles preventivos aunque esta vez son más sorpresivos que nunca porque no habían sido anunciados por la jefatura de la policía local.

Pero los agentes han indicado que todas las tardes se montan controles en distintas zonas. "No está mal que los conductores lo sepan porque no están pensados para ir a pillar, sino para mejorar la seguridad vial de todos". En los controles de documentación sólo se inmoviliza al vehículo si carece de seguro obligatorio o no presenta el carnet de conducir. Si no ha pasado la ITV se le da un plazo al conductor.