El equipo de gobierno ha decidido hacer cumplir la prohibición de no aparcar en la plaza Mayor. La decisión es tan firme que la policía local tiene órdenes de multar a todo vehículo que estacione en la plaza a partir del próximo sábado y sólo se permitirá el aparcamiento de siete a once de la mañana los días laborables para carga y descarga.

El acuerdo del gobierno del PSOE llega después de la petición de vecinos y conductores de terminar con la incertidumbre de dejar o no aparcar porque, aunque hay señales de prohibido, desde el mandato de Cándido Cabrera hasta ahora se ha hecho la vista gorda y aparcar se ha convertido en una lotería.

Pero ayer el concejal de Seguridad Ciudadana y Tráfico, Blas Raimundo, fue claro: "El que aparque será sancionado. Vamos a poner una pareja de policías y los primeros días serán flexibles, pero después, nada". Así, los que a partir del día 4 se salten la prohibición se enfrentarán a una multa de 36 euros y a la posibilidad de que actúe la grúa.

Raimundo dice que la alcaldesa y él mismo han consultado la medida con empresarios y comerciantes y, pese a haber anunciado que esperaría al plan general de tráfico, justificó la medida porque "hemos observado que es un caos, no se respeta la prohibición y ahora que llega la Navidad es el momento adecuado porque se necesita más espacio".

El secretario de la federación empresarial, Paco Sánchez Guijo, aplaudió la decisión porque "la tendencia debe ser a la peatonalización", aunque en alusión a la plaza de abastos, advirtió de que "mientras no haya otras plazas de aparcamiento habría que buscar una fórmula intermedia". La asociación de comerciantes, por su parte, no valorará la medida hasta que la junta directiva no consensúe su opinión.