Una de las principales preocupaciones de la policía local son los menores. Por eso, el cuerpo ha decidido crear patrullas policiales de paisano, para controlar principalmente la venta de alcohol a menores. El anuncio llega después de que la policía sorprendiera a 40 menores en un local de copas del centro y de haber pillado a algunos en casas de apuestas y jugando a las tragaperras.

Es una de las novedades que la Concejalía de Interior ha anunciado después de mantener ayer una reunión de coordinación entre Policía Local y Nacional. Según el ayuntamiento, se trata de una reunión habitual, en la que «se han puesto de manifiesto las diferentes actuaciones que se han llevado a cabo y la organización preventiva para el año 2017».

Sin embargo, en esta ocasión, la reunión ha terminado con novedades, sobre todo para hacer frente a las reivindicaciones de los vecinos que residen en la zona centro, que son el control del horario de cierre de los locales de ocio y del posterior comportamiento de los clientes en la calle, que chocan contra su derecho al descanso.

Así, Interior anunció ayer que, por las noches de los fines de semana, tanto la Policía Local como la Nacional intensificarán las patrullas conjuntas. El cuerpo local ampliará los efectivos a diez los fines de semana normales y a 14, los que coincidan con días festivos o de ampliación horaria.

Además, «los dos cuerpos de seguridad realizarán patrullas conjuntas los viernes y sábados por la noche», con el objetivo de controlar los horarios de cierre de los establecimientos, así como «el respeto del orden público, para garantizar la normalidad entre el ocio y el descanso».

Precisamente, la semana pasada, la concejala de Interior, Sonia Grande, anunciaba que el pasado año se pusieron 27 denuncias a locales de ocio de la zona centro por incumplir el horario de cierre. Uno, ha sido sancionado con un mes preventivo de cierre por reincidente.

Pero los vecinos han criticado duramente la actitud de la policía y de su intendente. «Los vecinos llaman continuamente al 092 para quejarse de ruidos, incumplimientos de horarios y beber en las calles, además de actos incívicos producidos en la vía pública. Lo que pasa Intendente, es que algunos de sus agentes muchas veces tardan en coger el teléfono y cuando lo cogen intentan justificarse diciendo que están autorizados estos establecimientos y, si insisten los vecinos, hacen acto de presencia en vehículo y muy poco activos y siempre permisivo al horario de cierre».