La distribución de concejales que marcaron las elecciones cambió en el 2009. Así, en el mes de julio, el PP perdía a dos de sus concejales, Miguel Antonio García Pintor y Pilar Sánchez, y se quedaba con ocho ediles mientras Pintor y Sánchez pasaban a ser concejales no adscritos.

El desencadenante de esta situación fue el hecho de que, en el pleno del mes de abril, García Pintor y Sánchez rompían la disciplina de voto para apoyar la propuesta de candidatos municipales presentada por el PSOE para la asamblea de Caja Extremadura. En esta terna de candidatos estaba incluido el propio Miguel García Pintor junto a los concejales socialistas Carmen Blázquez y Franciso Martín --que posteriormente sería sustituido por Blas Raimundo al no poder ser elegido por haber formado parte ya durante ocho años de la asamblea de Caja Extremadura como representante de Cáritas--.

Al romper la disciplina de voto, el PP decide entonces abrir un expediente a los dos concejales y en el mes de julio, el grupo popular municipal les expulsa de las comisiones informativas de las que formaban parte como representantes del PP. Un día después, Pintor y Sánchez abandonan el grupo municipal mediante un escrito registrado en el ayuntamiento. Al mismo tiempo, el Comité de Derechos y Garantías del partido anuncia su decisión de expulsar a Miguel García Pintor y de suspender de militancia durante seis años a su compañera Pilar Sánchez.

El partido considera que han cometido faltas muy graves, pero distingue entre Pintor y Sánchez porque el primero ya estaba suspendido cautelarmente de militancia desde que en febrero se conociera una sentencia que ordenaba retirarle el carnet de conducir por conducir bajo los efectos del alcohol y haberse saltado un semáforo en rojo. Por eso, el comité de garantías consideró que el edil "ha mantenido una conducta que constituye infracciones muy graves, según los estatutos del partido".

También de "infracción muy grave" calificó el comité la actitud de Pilar Sánchez, pero en su caso, decidió suspenderla de militancia por un periodo de seis años.

Durante este proceso, Sánchez optó por permanecer callada, sin dar explicaciones de su voto a favor del PSOE, pero tampoco criticar al partido. Por contra, García Pintor arremetió en varias ocasiones contra el PP, al que criticó por someterles a "un juicio sumarísimo por defender la autonomía del PP local con respecto al resto de órganos del partido".

Tras pasar a ser concejales no adscritos, sin voz en el pleno salvo en el caso de ser aludidos y para ruegos y preguntas, el PSOE les devolvía el favor de haber apoyado su lista para Caja Extremadura al mantenerles en las comisiones informativas municipales --un privilegio que hasta ese momento ningún concejal no adscrito había tenido-- en base a un informe técnico basado en jurisprudencia. Ocurrió en el pleno de julio y con las abstenciones del PP y de la socia de gobierno.

En noviembre, el PSOE daba un paso más y, por una providencia de alcaldía, el pleno aprobaba con los votos en contra de PP y UPEx cambiar los estatutos de la comisión del PEPRI para incluir a un segundo arquitecto municipal y, de nuevo, a Miguel García Pintor.