La idea que surgió el curso pasado en el aula de quinto C de Primaria del colegio Miralvalle es hoy una realidad para todos los placentinos. Se trata de un diseño de papelera ideada expresamente para pegar los chicles y no tirarlos al suelo o pegarlos en otro mobiliario público, que el ayuntamiento ha instalado en la plaza de Isabel La Cabrera, situada en las traseras de la iglesia de Santa Ana.

Su tutora de entonces, Isabel Hernández, explicaba en junio que todo surgió «del impacto que siente el alumnado al observar en la ciudad las manchas que causa el abandono de chicles en el pavimento. Esta inquietud les lleva a buscar soluciones que traten de paliar el problema, proponiendo al ayuntamiento un método sencillo que facilite la recogida y limpieza de los chicles».

Para ello, recogieron información, entrevistaron a profesionales de la limpieza municipal, diseñaron bocetos de papeleras, e incluso realizaron estimaciones de coste de los materiales necesarios. El resultado se lo presentaron a la empresa y al alcalde, que ha agradecido precisamente «la colaboración» de los alumnos.

Recordó que al ayuntamiento le cuesta 1,50 euros recoger un solo chicle y explicó que, durante el pasado verano y tras estudiar los diseños de los alumnos, «se vio cuál podía ser más efectivo y la brigada de obras lo ha estado haciendo. Esperamos que todo el mundo los use».

El ayuntamiento ha decidido instalarlo en una plaza donde se concentran cada fin de semana y festivos numerosos jóvenes. Allí se inauguró la papelera el viernes, con un pie y una estructura en forma de cubo. En todos sus lados salvo en la base se podrán pegar los chicles y después, la empresa de limpieza los recogerá con una espátula.

Así lo explicaron los propios alumnos, actualmente en sexto de Primaria. «Cuando tienes el chicle, lo pegas en la papelera y así facilitas el trabajo a los barrenderos para limpiarlo», señaló Yaiza Escalante. Alberto Díaz añadió que la plaza «estaba muy mal, no me gustaba, y a mi padre que trabaja en la empresa de limpieza, tampoco», de ahí la idea de hacer algo para remediarlo. Otros compañeros invitaron a los placentinos a utilizarla.

A su vez, la profesora Isabel Hernández dio las gracias al ayuntamiento y a «todos los que han hecho posible que un trabajo de aula haya tenido un significado práctico». Recordó que la actividad formó parte del proyecto Arbolex, que recibió una mención de honor en los últimos premios nacionales a la Acción Magistral docente.