Una moto de juguete en una mano y un montón de tierra en otra para hacer un montículo de arena. Era el juego preferido de niño del joven placentino Ismael Fernández López, por eso no es de extrañar que ahora, con nueve años, lleve ya dos corriendo en la categoría alevín en circuitos regionales y nacionales de motocross. Hoy mismo compite en La Codosera, Badajoz.Esta joven promesa del motocross tiene muy claro lo que quiere: "Quiero ser campeón del mundo‡", dice ante la sonrisa de su madre, Mirella López. Tanto esta como su hermano, Christian López, conocen bien el mundo del motocross porque su padre fue de joven campeón de Extremadura y Christian lleva veinte años compitiendo. Por eso, toda la familia apoya al pequeño Ismael; de hecho, el abuelo Joaquín López es el gerente de la empresa Joaquimoto, patrocinador de Ismael.Ismael comenzó a montar en una moto cuando solo tenía tres o cuatro años. "Era de gasolina y tenía dos ruedas atrás para que mantuviera la estabilidad‡", cuenta su madre. Ahora conduce con las mismas maneras de un adulto una de 65 centímetros cúbicos. Cuenta sin reparos que no le dan miedo las carreras ni caerse porque "cuando me caigo, me levanto y sigo corriendo‡", dice. Sus preferidos son "los saltos. Es lo que más me gusta, e ir el primero‡", explica con desenfado. A propósito, recuerda una frase de su bisabuelo Julián López: "Me dice: tú ve el primero, pero yendo despacio‡".Para conseguirlo cuenta con la ayuda de sus padres y de su tío, que se desviven por hacer que entrene cuanto más mejor. Pero se quejan de que en Plasencia no hay circuito de cross. "El ayuntamiento lo lleva prometiendo desde hace ocho años, pero nada‡", explica Christian. Por eso se ven obligados a trasladarse a Saucedilla o Cáceres para que Ismael pueda entrenar.Pero lo hacen por apoyarle, como también acuden a circuitos de otras comunidades para que corra en diferentes entornos. Esto les supone un gasto, como los traslados con caravana a los circuitos de las competiciones, más la moto, valorada en 4.000 euros y la equipación. Un gasto de unos 12.000 euros al año que no pagarían si no creyeran que Ismael pinta maneras."Ha mejorado mucho en el último año, también porque monta mucho y su padre le lleva a circuitos. Somos realistas porque si hubiera ido hacia atrás, lo habríamos dejado‡", explica su madre.Al contrario, madre y tío cuentan con orgullo que en una prueba del campeonato nacional consiguió quedar en los entrenamientos en los puestos 17 y 18 de 54 corredores. Por eso, están dispuestos a seguir y la próxima temporada "nos gustaría que fuera campeón de España‡", dice Mirella. Además, el próximo año sacarán la licencia internacional para que Ismael pueda ir a Bélgica al campeonato de Europa.