Los trabajadores del psiquiátrico de Plasencia celebraron ayer una nueva asamblea en la que decidieron, entre otras cuestiones, mantener las concentraciones diarias a las puertas del centro en horario de once de la mañana a 11.25 horas, y acordaron también que, a partir de la próxima semana, las protestas se trasladarán a la plaza Mayor y asistirán a los plenos del ayuntamiento de la diputación. La queja es evidente: ante el proceso de traspado del centro al SES, exigen el mantenimiento de sus retribuciones y los derechos de los que ahora disfrutan.

El portavoz de los trabajadores, José Luis Grois, se dirigió a los medios para arremeter contra los CCOO, UGT y CSI-CSIF y les reprochó que "intentaran la semana pasada acallar nuestras inquietudes con falsas esperanzas, vagos compromisos y una falta total de deseos de defender nuestros derechos".

RESPETAR SUS DERECHOS Lo que parece claro es que el traspaso no se hará directamente, sino que existirá un escalón intermedio hasta que pasen a formar parte de la Junta. El colectivo ha exigido que sea cual sea la decisión que cada uno tome con respecto de quién dependerá laboralmente, la diputación debe asumir que no pueden perder los derecho sociales y económicos que por convenio colectivo tienen, y que antes de la firma del traspaso se negocie con ellos.

El colectivo sigue insistiendo, pues, en las mismas reivindicaciones: que se cumplan las promesas efectuadas en su día por el presidente de la diputación provincial, Juan Andrés Tovar, y el entonces consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara.

También dejan claro que no piden subida salarial ni un traspaso "inmediato y de cualquier manera sino mantener los derechos que disfrutamos".